De la cadena de diarios Hearst vinieron su Editor en jefe William Randolph Hearst Jr. y otros cuatro, incluyendo al conocido jornalista Bob Considine; Robert Boyd de Knight Newspapers, Dick Dudman del St. Louis Post-Dispatch y Jim Carey de Copley Newspapers.
También visitó Taiwan el comentarista de Columbia Broadcasting system Walter Cronkite.
Los periodistas entrevistaron al Vicepresidente y Primer Ministro Yen Chia-kan, al Ministro de Relaciones Exteriores Chow Shu-kai y al Director del Servicio de Información del Gobierno, James Wei.
El 8 del corriente, seis de los visitantes tuvieron oportunidad de apreciar personalmente la vida civil y el poderío militar de Kinmen (Quemoy) la isla fortificada en el estuario de Amoy, a poca distancia de la costa continental.
El Padre Druetto de Kinmen
Robert Boyd aprovechó su viaje a Kinmen para conversar con el sacerdote católico P. Bernard Druetto, estacionado en Kinmen desde 1954. A la espera de los escritos en que Boyd y sus colegas recojan sus impresiones de estas visitas, no será inapropiado condensar aquí un artículo de otro conocido periodista, Spencer Moosa, publicado en la revista dominical Twin Circles de Estados Unidos, el 13 de febrero.
Bajo el título "Sacerdote es héroe para todos en Asia", Moosa escribe: "Un Sacerdote católico que bien merece ser llamado el Albert Schweitzer de Asia sirve al pueblo de la isla-fortaleza de Quemoy, República de China, en relativa obscuridad.
Por quién sabe qué razón, el Padre Bernard Druetto, franciscano, jamás ha recibido las alabanzas prodigadas al Dr. Schweitzer, el doctor-misionero ganador del Premio Nobel por su trabajo en lo que fue el Africa Ecuatorial francesa.
El P. Druetto tiene probablemente pocos iguales por su servicios humanitarios prestados abnegadamente, y también por la variedad de sus talentos. El Sacerdote ha estado en Quemoy desde 1954, y en cuanto dependa de él, permanecerá en la isla de 50 millas cuadradas, bajo la sombre de los cañones comunistas chinos hasta que pueda regresar al continente, de donde fue expulsado bajo falsas acusaciones de actividades contra-revolucionarias.
Puerta Dorada. El nombre oficial chino de Quemoy, explica el Padre a los no-iniciados, es Kinmen que significa "puerta dorada". Y para él, sera la "puerta dorada" de entrada al continente, cuando el régimen comunista chino sea derrocado. En su opinión, esto es sólo cuestión de tiempo. Recuerda Druetto que cuando fue expulsado, en 1952, dijo a los guardias que lo custodiaron hasta el límite con Hong Kong que regresaría cuando el régimen comunista dejara de existir.
El Padre Druetto, de 63 años de edad, fue misionero en el continente por 21 años . En 1952 fue arrestado por los comunistas y condenado a muerte el mismo día de su arresto. Permaneció después ocho meses en prisión, durante los cuales fue torturado. Al tiempo de su expulsión había perdido 100 libras de peso desde 179 libras al ser apresado a 79 al llegar a Hong Kong.
Entre los muchos talentos del Padre Druetto, que es también doctor en medicina, se cuenta su conocimiento de agricultura, de mecánica, de carpintería, etc. El mismo planeó y construyó - en gran parte con sus propias manos - las dos iglesias de Quemoy. El Padre Druetto afirma que en el departamento donde el residía en el continente - Loyang - los comunistas ejecutaron más del 10% de la población en el espacio de tres años. De 800.000 personas, ejecutaron 86.000. Además en sólo un año se produjeron 5.000 suicidios. En los previos 18 años, los casos de suicidio en ese departamento no pasaban de 2 o 3 por año. Su comunidad católica de 3.674 personas perdió 780 ejecutadas por los maoistas.
El sacerdote-médico dirigía un hospital de la misión católica, actividad que la había valido la estima de católicos y no católicos. Esa popularidad no podía ser tolerada por los comunistas que se apoderaron del hospital y aprisionaron al misionero. En el uso de los comunistas, la sentencia pasada por el régimen debía ser "aprobada" en juicio popular. Pero conociendo la imposibilidad de lograr la cooperación de la población en el caso del P. Druetto, postergaron el juicio, sometiendo al prisionero a sus acostumbrados métodos para hacerle firmar una "confesión". Recordando los interrogatorios, Druetto dice: Me hervía el cerebro. Creía enloquecerme. Pero persistí en la oración y Dios me ayudó a aguantar.
Después de ocho meses de prisión de su víctima, y de activa propaganda en la población, los comunistas reunieron 20.000 personas para el "juicio popular". Ante las repetidas exigencias de pena de muerte por parte del fiscal, la multitud permaneció impasible y muda. Ninguna señal de aprobación. Echando mano de otro de sus habituales recursos, los oficiales, en prueba de la "magnanimidad" del régimen, conmutaron la "sentencia" - no aprobada por el tribunal!! - por la de expulsión del país.
Después de un breve reposo en Hong Kong, Druetto viajó a Indo-China para servir a 33.000 soldados chinos que se habían internado allí antes que entregarse a los comunistas. Cuando esas tropas fueron repatriadas a Taiwan, el Padre Druetto como su capellán vino con ellos. Ese mismo año de 1954 se trasladó a Quemoy.